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Día del Niño, ¿de todos los niños?

Niños y niñas en situación calle

¿Para ellos hay celebración?

 

Este domingo seremos protagonistas y testigo de la celebración, alegría y juegos de los niños de nuestras familias, del vecindario, nuestros parques y plazas estarán plenas y desbordantes de alegría celebrando el Día del Niño y en una esquina o detrás de un árbol o a la salida de uno de nuestros tan queridos malls habrá un niño mirando solo y melancólico, tal vez extendiendo su mano, pero más que su mano su corazón para que los “veamos”. No todos los niños celebran o tienen quienes los celebren y lo peor “No tienen nada que celebrar”

 

Más de 900 niños residen o deambulan sin hogar. La mayoría proviene de familias vulnerables. Han sido víctimas de abandono o abusos, buscando refugio ya no en las caletas del río Mapocho, hoy su entorno son casas abandonadas, malls y poblaciones marcadas por la droga. En nuestra ciudad de Santiago, en medio de su ajetreado andar y hacer pasan sin ser vistos o no les deseamos ver. La ciudad se los devora.

 

En la capital, se concentran en 4 comunas: Puente Alto, Santiago, Cerro Navia y Renca.

Este día, que conmemora el bienestar y de los derechos de los niños, surgió en respuesta a la preocupación y concientización de los infantes, tras los hechos ocurridos durante la Primera guerra mundial.

Fue en este periodo cuando la activista británica Eglantyne Jebb, junto al Comité internacional de la Cruz Roja, impulsó la implementación de la primera Declaración de los derechos de los niños, la que años más tarde fue adoptada y modificada por la Liga de las Naciones, para finalmente ser promulgada como la Declaración de Ginebra sobre los derechos de los niños el 26 de septiembre de 1924.

Al año siguiente, durante la Conferencia mundial sobre el bienestar de los niños se declaró por primera vez, el “Día internacional del niño” cada 1 de junio.

Nosotros los celebramos este 6 de agosto, claro que, en medio de una triste y patética realidad, frente a una institución del estado que no les protege, frente a una sociedad que no les ve o ignora.

Si pasas junto a él, si les ves , bríndale una sonrisa, un buen deseo y busca comprometerte para que a partir de ti vayamos todos juntos creando una sociedad más justa, fraterna y responsable.

Porque los niños y niñas “no son el futuro” son el presente , el hoy que construimos.

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