Querid@s Amig@s, estamos a horas de la llega de un nuevo año, al termino de esté 2021, mientras hacemos memoria de lo vivido , de las inquietudes, los deseos y las esperanzas que nos han acompañado, aguardamos con esperanzas renovadas el comienzo de uno nuevo, deseamos manifestarles nuestra profunda gratitud por habernos acompañado y ayudado a hacer realidad la misión del Refugio: Acompañar y servir porque una persona vale más.
Si pensamos en la experiencia de la vida y en lo que nos presenta cada día , nos deja asombrados lo breve y fugaz que es en el fondo y a la vez como gestos y actos de solidaridad son capaces de marcar y hacer la diferencia en tantas personas y trascender más allá. Por eso, muchas veces nos asalta la pregunta: ¿Qué sentido damos a nuestros días? es una pregunta que atraviesa la historia de todo ser humano, de cada generación y en particular en nuestros días en que buscamos con ansias la creación de una sociedad más justa y fraterna, esto en medio de cambios esperados, enfrentando realidades complejas como lo son la migración, la aceptación de otras personas y culturas y que con frecuencia no es fácil de entender o asimilar. Los desafíos son grandes y necesitan de todos nosotros como sociedad. En el refugio creemos que hay una respuesta a esta interrogante: se encuentra escrita en el rostro y en el corazón de cada uno de nosotros, se llama aceptación respeto en las diferencias, acogida y fraternidad, el mismo mensaje que nos trajo Navidad que acabamos de celebrar. Acogida al que más nos necesita, no solo al pobre que sufre de carencias materiales, sino de aquel que se siente solo o que está a la vera del camino. Muchas veces las mesas están llenas pero los corazones están solos y vacios.
En medio de injusticias, maldades y violencias, irrumpe de manera sorprendente la novedad gozosa y liberadora del amor, que nos llama a hacer una pausa en el caminar, que nos permite contemplar la bondad y ternura inscrita en nuestros corazones. Esta es una fuerza que si le permitimos entrar en nuestras vidas e historia personal, familiar y social renueva, libera y nos eleva hacia aquel fin último al que estamos llamados.
Que este sea nuestro deseo para el Nuevo Año 2022, un año de encuentro, de fraternidad , un año en que juntos seamos capaces de construir una sociedad más fraterna, inclusiva y justa para todos y todas quienes vivimos en esta tierra hermosa que llamamos patria.
Muy Feliz Año Nuevo.
Miguel de San José Riquelme; fundador y director
Equipo de Trabajo y miembros del Refugio Buen Pastor