
Nos unimos a las personas en situación calle e instituciones de la sociedad civil que viven y les acompañan en Chile, Latinoamérica y el Caribe.
El 19 de agosto recuerda la Massacre da Sé, ocurrida en 2004 en el centro de São Paulo (Brasil) Aquel día 15 personas en situación de calle fueron atacadas violentamente durante la noche mientras dormían. Según los detalles consignados por el Ministerio Público de Paraná «siete personas perdieron la vida y ocho quedaron gravemente heridos».
Lamentablemente estos hechos no nos son ajenos, en nuestra realidad nacional. En nuestras calles han sido agredidos y perdido la vida personas en situación calle, otros han muerto en el anonimato con la única compañía de la indiferencia de otros seres humanos.
Levantamos nuestra voz con un llamado y demanda: Los derechos, integridad y dignidad de las personas en situación calle.
Debido a la impunidad de los hechos, la Massacre da Sé tuvo repercusiones internacionales por varios años como un grave caso de violación a los derechos humanos. Para las organizaciones que conmemoraron la fecha, el hito sigue generando indignación transversal, puesto que representaría un contexto de violencia permanente que trasciende fronteras.
Toda vida es sagrada y debe ser respetada, sino somos capaces de proteger las vidas más débiles, ¿qué tipo de sociedad pretendemos crear? ¿Una sociedad del abandono, del descarte? Triste futuro nos espera. Ante las nuevas ideologías que rondan por el mundo, vale la pena recordar el valor integral e irrenunciable del ser humano. Desde el inicio, se nos pensó y creó con la capacidad de razonar y amar. Estas características, todo ser humano, es libre y fue creado para vivir plenamente, independientemente de la raza, nación, sexo, origen, cultura y clase. «Él no hace acepción de personas» (Hech 10, 34; Rm 2, 11; Ga 2, 6) porque todos los hombres tienen la misma dignidad a imagen y semejanza de su Creador.
No nos podemos conformar con ir a dar comida a la calle, debemos poder sentarnos todos a la misma mesa, no basta con abrir albergues para que no mueran en las calles, se requiere una nueva mirada, se requiere reconocer la dignidad y derechos de las personas en situación calle. Es un desafío del que todos nos debemos hacer parte.
Desde Chile, desde el @refugiobuenpastor nos unimos a otras instituciones que recuerdan este lamentable y condenable hecho, reiterando nuestro llamado al respeto pleno de los derechos y dignidad, a dar respuesta efectiva, permanente a las personas y las estructuras que la generan.
Miguel de San José Riquelme; Director Ejecutivo.